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Abdicación de Carlos V 1555-56

ABDICACIÓN DE CARLOS

    La salud tenia contra las cuerdas a Carlos V, asma, epilepsia y en especial la gota, lo tenían inválido. Debía de desplazarse en cama, el dolor era tal que no podía ni abrir las cartas. Todo ello junto a los reveses ocasionados con los príncipes alemanes y las inacabables guerras contra otomanos y especialmente franceses, le llevaron a tomar esta difícil y meditada decisión.
A Carlos llevaba años rondándole en la cabeza la idea de la abdicación de sus vastos territorios en su hijo Felipe. Desde 1535 tuvo esa idea presente, y su avanzado deterioro físico la hizo inminente. En el asedio de Metz se demostró que fue un lastre para sus ejércitos. Sus conocidos ataques de gota que el aquejaban desde joven fueron el detonante más claro. Con solo 28 años sufrió el primero de ellos. Y desde 1546 en adelante le mermo ostensiblemente en sus facultades de mando.

En abril de 1555 moría su madre Juana recayendo formalmente en él el título de rey de España, meses antes de su renuncia. Los grandes personajes de la primera mitad de siglo XVI como Francisco I, Enrique VIII, Paulo III o Lutero habían fallecido, quedando solamente él en la escena internacional. 

Debido a lo vasto de sus territorios que comprendían el Reino de España, Nápoles, Sicilia, los territorios Americanos, junto a Flandes y la corona Imperial de Sacro Imperio Romano Germánico, su abdicación se realizaría en tres actos. Carlos eligió el mes de octubre para la primera de sus abdicaciones en Bruselas. El mal tiempo la retrasaría hasta el 25 de octubre de 1555. Carlos salió de su residencia de negro por la muerte de la reina Juana, y montando en una mula se desplazó por las calles de Bruselas hasta llegar al Palacio Real. El salón estaba lleno de la nobleza europea. Mil personas iban a presenciar este emotivo momento. 

ABDICACIÓN EN BRUSELAS 1555

Carlos entró en el salón apoyado sobre su bastón y el príncipe Guillermo de Orange, seguido de Felipe, María de Hungría, su sobrino Filiberto duque de Saboya, los caballeros de Toisón y funcionarios de Borgoña. El canciller de Brabante explico los motivos de su abdicación y la intención de pasar el gobierno de las provincias a Felipe. Agradeció a María el buen gobierno que realizó sobre ellas y clamó por la unidad de todas ellas y el respeto a la fe católica.

Carlos sentado entre su hijo Felipe y su hermana María, se quito el collar del Toisón de Oro, la orden de caballería de casa Borgoña, y lo colocó en el cuello de Felipe, nombrándolo gran maestre de la orden. Antes de anunciar de propia voz su abdicación en su hijo Felipe dedicó una palabras a los presentes en francés " en mi larga vida he errado muchas veces, ya fuera debido a mi juventud, mi ignorancia, mi negligencia, o por otros defectos, Pero puede asegurarles que nunca he causado conscientemente violencia o injusticia a uno solo de mis súbditos. Si, a pesar de todo, eso ha ocurrido, no ha sido con intención sino por ignorancia y lo lamento y suplico perdón por ello", prosiguió diciendo  "nueve veces fui a Alemania la alta, seis he pasado en España, siete en Italia, diez he venido aquí a Flandes, cuatro en tiempo de paz y de guerra he entrado en Francia, dos en Inglaterra, otras dos fui contra África... sino otros camino de menos cuenta. Y para esto he navegado ocho veces el mar Mediterráneo y tres el Océano de España, y agora será la cuarta que volveré a pasarlo para sepultarme". Toda la sala se quedó abrumada y hasta Carlos comenzó a llorar.

El Emperador ordenó a Felipe que se arrodillase ante él, le tomó la mano y la besó. Puso sus manos sobre la cabeza de Felipe, lo bendijo y le transfirió el gobierno de las 17 provincias de Flandes y Brabante. Felipe se excusó de no saber francés y su discurso fue leído por Antonio Perrenot. María también tuvo unas palabras en su despedida del gobierno de Flandes después de 25 años. Su sucesor seria Manuel Filiberto duque de Saboya.

Carlos I

ABDICACIÓN DE VALLADOLID 1556

El 16 de enero de 1556 desde Bruselas Carlos redactó una carta de renuncia a las coronas de Castilla, Aragón y Sicilia, Nápoles y Milán ya eran de Felipe, en favor de su hijo. Felipe escribió a su hermana Juana que actuaba como regente confirmando los poderes recibidos de su padre.

El 28 de enero en la plaza mayor de Valladolid se levantaron los pendones en honor del nuevo rey Felipe II. El príncipe Carlos paseaba por las calles el pendón diciendo "Castilla, Castilla  por el el rey don Felipe nuestro señor"

Los territorios del Franco Condado, pertenecientes al ducado de Borgoña, también se transferirían a Felipe el 5 de febrero de 1556. De los territorios de la familia Habsburgo más Suabía y Franconía también se desprendería, aun siendo territorios gobernados por su hermano.

ABDICACIÓN DEL SACRO IMPERIO ROMANO GERMÁNICO 1556-58

El tema más espinoso quedó para el final, el desenlace del Imperio. Ante la negación de Fernando a renuncia al Imperio para que recayese en Felipe, Carlos en julio de 1556 decidió renunciar en favor de su hermano Fernando, por medio de una carta que fuese expuesta en la Dieta ante los príncipes. Esta carta fue entregada por Guillermo de Orange a Fernando. El papa Paulo IV acérrimo enemigo de los Habsburgo no le daba validez a este acto sino era con su consentimiento, aunque todos los electores aceptasen la renuncia, mientras él no lo autorizase. 

No obstante Fernando al no tener segura la aceptación por parte de los electores, pidió a Carlos que solo le dejase el gobierno y la administración por el momento, y retuviese el título. Ya no sería hasta mayo de 1558, meses antes de la muerte de Carlos, cuando Fernando ostentó oficialmente la corona imperial, además de los territorios que ya gobernaba en Austria.