LA PAZ DE CATEAU-CAMBRÉSIS PUSO FIN A LA GUERRA ENTRE ESPAÑA Y FRANCIA 1551-1559
En agosto de 1558 la guerra no parecía tener fin. Al ejército del duque de Guisa de 40.000 hombres apostado en la frontera de Picardia, le contrarrestó Felipe II con otro de igual número encomendado al victorioso duque de Saboya. Esa sería la batalla decisiva que pusiera fin a esta interminable guerra.
Pero el ánimo no era el de una confrontación. Esta guerra duraba ya muchos años, con gran desgaste para ambos contendientes. Las últimas derrotas francesas habían minado el espíritu guerrero del rey Enrique II.
En ese momento entró en escena la duquesa de Valentinois partidaria del condestable Montmorency prisionero español desde San Quintín. Propuso al Rey francés que el condestable era la persona idónea para negociar una paz con los españoles. El duque de Saboya conociendo las intenciones de la duquesa accedió a concederle un permiso a Montmorency para entrevistarse con Enrique y buscar un tregua.
COFERENCIA DE CERCAMP 1558
Enrique tras su entrevista con Montmorency y el apoyo de la duquesa Valentinois, contraria al poder del cardenal Lorena, accedió a esta conferencia para declarar un armisticio, y la celebración de una conferencia de paz en la abadía de Cercamp.
Los participantes por parte española fueron: el duque de Alba, príncipe de Orange, el obispo de Arras, Ruy Gómez de Silva. Por parte francesa: el cardenal de Lorena, mariscal de Saint-André, obispo de Orange, el secretario de estado Abespine, y el propio Montmorency. También participaría Inglaterra con sus representantes.
Las muertes casi seguidas de Carlos I el 21 de septiembre de 1558 y dos meses después de María Tudor, también influían en estas negociaciones, al ser más necesario Felipe en España, y no tener relación con Inglaterra.
El duque de Feria intento sin éxito el matrimonio entre el duque de Saboya con la nueva reina de Inglaterra Isabel, que cambiaría la posición inglesa en el panorama europeo al acoger a los protestantes.
PAZ DE CATEAU-CAMBRESIS 1559
Esta ciudad flamenca sería el escenario de la paz más duradera del siglo XVI entre España y Francia. El escoyo más importante trataba sobre Calais. Única ciudad inglesa en tierras francesas. Se llegó a un acuerdo por el que la ciudad permanecía en manos francesas durante 8 años pasando después a Inglaterra, o pagando 500.000 ducados. Algo que desde el principio no estaban los franceses dispuestos a realizar.
Tras arduas jornadas de negociaciones, el 2 de abril se plasmaría la paz entre España y Francia, y pasaría por los siguientes puntos:
- Libertad de tránsito entre ambos reinos.
- Defensa de la fe católica y la iglesia de Roma
- España devolvería San Quintín, Ham y Chatelet.
- Francia devolvería Thionville, Maríenburg, la comarca de Hesdin, y otras muchas ciudades, salvo los obispados de Metz, Verdún y Toul. En el ducado de Milán entregaría Valenza.
- España renunciaba al ducado de Borgoña y mantenía el Franco Condado incluyendo Charolais.
- Francia renunciaba a sus pretensiones en Italia: Nápoles y Milán.
- Córcega sería devuelto a Génova.
- Se le restituirían los terrenos ocupados por ambos al duque de Mantua.
- El duque de Orange sería repuesto en su principado
- Se le devolvería al duque de Saboya los terrenos ocupados por Francisco I años atrás. Margarita, hermana de Enrique, se casaría con Filiberto de Saboya.
- Y para refrendarlo todo, Felipe II se casaría con la princesa Isabel, hija de Enrique.
Paz Cateau-Cambrésis 1559
Este tratado dejaba muy tocado a Enrique y a Francia que perdía muchas ciudades para obtener la paz y alejar a los temidos tercios del camino a Paris.
Un suceso trágico ocurriría en la boda Filiberto de Saboya y Margarita. En el festejo el rey Enrique participo en un torneo frente a un capitán francés. La desgracia para Enrique sería que una lanza de este le entró por la visera hasta el celebro causándole la muerte. Le sucedería su hijo Francisco II. Francia quedaba tocada, por el tratado y por la muerte de su rey Enrique, dejando el reino en manos de su enfermo hijo Francisco que moriría al año siguiente. También el funesto y belicoso papa Paulo IV fallecería el 18 de agosto de 1559, uno de los precursores de esta guerra.