BICOCA 1522
Bicoca era una población de las afueras de Milán,
actualmente es un barrio más de la capital de Lombardía, y en ella se
desarrolló la victoria más espectacular que un ejercito puede infringir a otro de igual rango, sin tener una sola baja, y siendo incluso inferior en número.
Tenemos que trasladarnos al periodo de la primera guerra entre España y
Francia (1521-1525). Por entonces el rey Francisco I había extendido su zona de
influencia sobre el Ducado de Milán, destronado a Francisco II de Sforza, algo
que no gustaba Carlos I de España, que había sido coronado emperador del Sacro
Impero Romano Germánico en pugna con el propio Francisco I. Esto hizo que se
crearan dos frentes. De un lado el franco-veneciano, debido al afán
anexionista de terrenos del Ducado Milanes por parte de los venecianos, y el ya
tradicional intento francés de dominar territorios en la península Itálica. Y
del otro lado, Carlos I de España y V del Sacro Imperio, junto al papa León X,
y el destronado Francisco II de Sforza.
Prospero Colonna comandaba las tropas imperiales en Milán, que unidas
a las papales, formaban un ejército
superior al del gobernador del Milanesado, Odet de Foíx, Vizconde de Lautrec, que tuvo que refugiarse en Milán.
Pero Colonna siguió acosándoles, y en noviembre de 1521 los españoles atacan
Milán expulsando a los franceses y venecianos de la ciudad. Solo quedaría un
pequeño reducto Francés en el castillo de Milán. A Lautrec no le quedo otra que
refugiarse en Cremona.
Para evitar esta superioridad, los franceses reclutaron un
ejército en Suiza, haciendo cumplir el acuerdo que tenían suscrito Francisco I con los helvéticos para que les surtieran de soldados. También se atrajo para su causa
a las Bandas Negras de Giovanni Médici, consideradas uno de los mejores ejércitos mercenarios de toda Italia.
Por el otro bando se apresuraron a formar otro ejército a
golpe de dinero. Y nada mejor que para enfrentarse a la temida infantería suiza
que los lansquenetes alemanes. Y así se pusieron manos a la obra. Sforza logra
reclutar a 6.000 lansquenetes alemanes para recuperar su Ducado. Estos en su
marcha hacia Milán cruzan por territorios venecianos. Este suceso enfureció a
los franceses que recriminaron a los venecianos su falta de combatividad y pasividad
facilitando el paso de las fuerzas mercenarias.
Tomas Foíx, el Señor de Lescun también añade sus hombres a
la causa francesa, unos 4.000 soldados de infantería y caballería.
Tras varios movimientos en torno a Milán sin que se plante
batalla por parte de ambos contendientes, el tiempo va pasando y los
mercenarios suizos que no cobraban paga desde su llegada, presionan a Lescun para
que ataque definitivamente a los españoles que se habían atrincherado en
Bicoca. Los suizos saben que si pelean cobraran una paga extra y amenazan con
retirarse si no se combate. De esta manera Lescun se ve obligado a plantar
batalla, muy a su pesar, frente a los imperiales que están bien parapetados en
Bicoca.
Las cifras de los contingentes que se encontraran en el
campo de batalla no son precisas, pero si se pueden contar no menos de 21.000
hombres parte francesa y veneciana, y 13.000 por parte imperial, papado y
mercenarios a cuenta de Sforza. Sin contar las milicias que se habían formado
de voluntarios que contarían en torno a 4.000 hombres y que no eran
consideradas aptas para el combate.
Por parte francesa, su disposición en el campo de batalla
era la siguiente:
En primer lugar y en vanguardia los esguízaros (nombre que
recibía la infantería Suiza) comandada por Anne Montmorency, formando en dos
columnas, una capitaneada por Albert Von Steint y la otra por Arnold
Winkelried. Tras ellos marcharía la infantería francesa, y por último en
retaguardia los venecianos. La caballería de Lescun, irá en busca del único
puente que tenían los españoles tras de sí para cruzar y atacarles por la
retaguardia.
Los españoles habían preparado el terreno, se habían atrincherado
construyendo un muro de tierra frente a la carretera y aprovechando un canal de
riego que tenían delante y les hacia de foso para dificultar el paso de la
infantería. Tras este muro de tierra estaban los arcabuceros españoles, entre
3.000 y 4.000, protegidos por piqueros. Posteriormente los lansquenetes de
Frundsberg. En la retaguardia, se encontraba la caballería de Leyva. Y
custodiando el puente estaban los hombres de Sforza.
Esta disposición de fuerzas es muy parecida a la presentada
años atrás en los campos de Ceriñola, donde el Gran Capitán modernizó el arte
de la guerra, poniendo en primera fila a sus arcabuceros esperando el avance
del enemigo. Pero los franceses volvieron a cometer el mismo error, correr
campo arriba frente a un enemigo atrincherado y esperándolo con armas de fuego.
En esta ocasión el resultado fue, si cabe aun más desalentador para el lado
francés.
Orden de batalla en Bicoca |
ANIQUILACIÓN DE LA INFANTERÍA SUIZA
Los suizos no esperaron a que la artillería francesa atacase
las posiciones imperiales y se lanzaron al ataque. Primero la artillería
española infligió numerosas bajas al enemigo, casi 1.000 infantes fueron
abatidos, a pesar de ello siguieron avanzando hacia las trincheras españolas.
Al encontrarse a tiro de los arcabuces, estos abrieron fuego destrozando ambas columnas,
aunque cruzaron la carretera no pudieron pasar el talud de tierra que habían
construido los españoles, y tuvieron que replegarse. Murieron 3.000 esguízaros,
22 capitanes, incluidos Albert Von Steint y Arnold Winkelried. La devastación
fue total de las tropas suizas.
Por otro lado Lascun con sus caballeros intento apoderarse
del puente que se encontraba a la retaguardia del ejercito español, siéndole
imposible, ya que estaba bien cubierto por Sforza. No obstante Colonna mando a
reforzarlo con la caballería de Leyva. Siendo rechazados los caballeros
franceses y obligándolos a retirarse.
Colonna no quiso, ni pudo perseguir al ejército francés que
huía hacia sus posiciones. Algunos caballeros ligeros y arcabuceros les
persiguieron hasta encontrarse a las Bandas Negras que cubrieron la huida.
Viéndose derrotado Lautrec abandono el campo de batalla.
La victoria fue total, y sin comparación alguna en batallas
contemporáneas, ya que del lado español, no hubo ninguna baja.
Si en Ceriñola la mejor caballería hasta entonces, la
francesa, había sucumbido frente a las armas de fuego, ahora la infantería más temida de los campos de Europa recibiría un castigo aun mayor. Quedaba
demostrado de nuevo que las tácticas empleadas por el ejército imperial, de
aquí en adelante los tercios, era muy superior a las antiguas cargas de
caballería o avances en campo abierto de la infantería.
Después de esta batalla, la palabra Bicoca quedó en nuestro
vocabulario con el significado “de ganga o cosa apreciable que se adquiere a
poca costa”.