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Tercera guerra hispano-francesa 1536-1538

TERCERA GUERRA CON FRANCIA 1536-1538

    Con la muerte del duque de Milán Francisco Sforza en 1935 sin descendencia, su ducado pasaría a ser disputado por Francisco y Carlos, lo que conllevaría a una escalada bélica que terminaría en la tercera guerra entre Francia y España.

Francisco ya le había demandado por carta a Carlos que pretendía el ducado de Milán para uno de sus hijos, que se casaría con la viuda de Sforza. Carlos pretendía cambiarlo por su viejo anhelo, el ducado de Borgoña, a lo que Francisco se negó.

Fernando de Avalos, marques del Vasto
Alfonso de Avalos, marques del Vasto
El 24 de octubre de 1535 muere Sforza, que seria el último duque independiente de Milán, sin un heredero, con lo que Francia y España se fijaron es su prospero ducado. Carlos lo reclamó como su señor feudal y mando a las tropas del riojano Leyva para que lo ocupasen en nombre de su hijo Felipe. Seguidamente Francisco mandaría a su ejército hacia Italia. Su paso hacia Milán sería por el ducado de Saboya, que estaba gobernado por Carlos III de Saboya, cuñado de Carlos V y aliado de este. Ante la negativa del duque a su paso, Francisco ocuparía parte de su territorio en abril de 1536, incluido Chambéry y Turín.

Carlos a su llegada a Roma pronunció un discurso en español demoledor contra Francisco. Denunció que las tropas francesas estaban ocupando Saboya, mostró la correspondencia de este con Barbarroja incautada en la Goleta, y el comunicado de guerra realizado por representantes galos en Burgos. Por todo esto retó a Francisco en un duelo personal para evitar derramamiento de sangre, siguiendo en su discurso con el mensaje “quiero la paz, quiero la paz”. Francisco respondería por carta al Papa aceptando el duelo, sabedor de que este no se realizaría.

INVASIÓN DE LA PROVENZA

Seguidamente Carlos había preparado un ejército para la guerra que se llevaría a cabo. Se trasladaría de Roma a Génova con las tropas españolas, italianas y alemanas. Se dirigiría al norte a la ciudad de Asti, frontera entre los ducados de Saboya y Milán. Desde ahí realizarían incursiones hacia Turín, aunque el plan de Carlos era el de invadir Francia por la Provenza.

Sus tropas penetrarían en Francia por tierra y por mar embarcadas por Andrea Doria, encontrándose ambas en la ciudad francesa de Fréjus. Las tropas españolas eran comandadas por Alfonso de Avalos
Montmorncy, condestable de Francia
, marques del Vasto y el resto por el duque de Alba y el propio Carlos. En torno a 30.000 hombres compondría este enorme ejército, ante el que nada podía hacer el francés de Anne de Montmorncy, el condestable de Francia, título que recaía en el comandante de los ejércitos franceses. Por ello su táctica no fue el enfrentamiento directo sino la de replegarse y defender solo las ciudades que podían serlo como Marsella y Arlés. El campamento francés se estableció en Aviñón, teniendo como misión el hostigar a las tropas españolas y cortar todo tipo de suministros, algo que resulto vital para el devenir de la contienda. Los españoles partieron de Fréjus hasta Aix-en-Provence que no había sido defendida por los franceses. Los españoles anta la negativa de una guerra directa solo realizaban pequeñas incursiones en busca de alimentos que escaseaban en el campamento español, ya que Montmorncy había cortado las vías de suministro y ocultando o quemado las provisiones para el avituallamiento de los invasores. Por esta causa comenzó a aparecer la disentería convirtiéndose en epidemia. Carlos se quejaba de que no podían ser suministrados los alimentos por mar, y tras tres meses sin conseguir avances notorios y con la epidemia que martilleaba a sus soldados el 12 de octubre decidió la retirada de la Provenza.

Tras de sí dejaba una tremenda devastación de su ejército, con la pérdida de miles de vidas, entre ellas la del veterano riojano de 80 años Antonio Leyva. Volvieron por la costa siendo embarcados en Niza por Doria para llevarlos a Génova.

En enero de 1537 Francisco en el Parlamento Frances vuelve a reivindicar Flandes, Artois y Charolais para la la corona francesa. Esto provoca que se reúna un  ejército en Flandes para ante la previsible contienda. Pero de nuevo jugaron un papel esencial "las damas", ya que María de Hungría que era la gobernadora de Flandes era hermana de la reina Leonor de Francia. Ellas comenzaron a negociar y acordaron una paz por diez años que seria luego ratificada el siguiente año en la Paz de Niza, ante el papa Pablo III.